Papelera o Escritorio sin tapa, con dos cajones o gavetas a los lados del cuerpo central formado por otro cajón de dimensiones mayores, en la zona baja cajón corrido dividido aparentando tres cajones. Realizado en alma de madera de cedro y recubierto con placas de materiales nobles, combinando ébano, carey y marfil.
Las chapas que recubren todo el mueble, a excepción de la trasera, van enmarcadas por tiras de marfil esgrafiado con florecillas, puntos y tornapuntas, que a su vez van inscritas en piezas de ébano. Frente, cajón central con decoración arquitectónica de dos columnas jónicas sobre pedestal, con frontón triangular que remata en dos bolas laterales, inscrito por tiras de marfil igual que los cajones laterales, con tiradores torneados; los perfiles de separación de las gavetas van cubiertos por tiras esgrafiadas y tintadas de negro en forma de rombos. Laterales divididos en tres franjas, la central de mayor tamaño, con placas iguales a las del frente. Cubierta, contorno segmentado por placas iguales a los cajones alternadas por placas esgrafiadas y entintadas de bustos de perfil de guerreros con casco, centro dos grandes escenas magníficamente esgrafiadas y entintadas ó pirograbadas de cacerías sacadas de grabados de Tempesta, enmarcadas por perfil de ébano y a su vez por otro esgrafiado de marfil. Borde externo recorrido en todo su contorno por láminas de ébano.
Asas laterales de lenteja en hierro dorado con embellecedores circular con incisiones lineales. Patas de forma cónica con gruesa lenteja torneadas.
La producción de este tipo de mueble decorado con esta técnica de tradición mudéjar alcanzó un notable desarrollo en América y algunos ejemplares fueron exportados a Europa; entre los motivos ornamentales empleados están las formas geométricas de inspiración islámica española, las formas arquitectónicas y placas de marfil esgrafiadas y entintadas a imitación de grabados; además, el tipo de materiales empleados, madera de Cedro en su construcción es muy frecuente en los muebles coloniales.