Grupo escultórico de señora apoyada en la mesa oliendo una flor, realizada en porcelana esmaltada de Meissen. Figura elegante, ataviada con ricos ropajes, joyas y peinado al estilo del siglo XVIII; colores vibrantes con toques en oro y puntillas en blanco; de gran calidad y detalle característicos de Meissen. Marca en la base de espadas cruzadas en azul bajo vidriado con letras y números. Siglo XIX
Puede tratarse de una alegoría a la primavera por la cantidad de flores que porta, sobre la falda, en el cesto, sombrero y en la mano.
La porcelana de Meissen es la más cotizada por los coleccionistas, es la reina de las porcelanas; la manufactura más antigua de Europa, fue a principios del Siglo XVIII cuando el alemán Johann Friedrich Böttger descubrió bajo la protección del Rey Augusto la porcelana.
A lo largo del tiempo Meissen a ido evolucionando en las marcas de la base y a través de ellas podemos datar las piezas, ya que ha ido utilizando diferentes formas de las espadas cruzadas, con un largo número grabado que empieza usualmente por una letra. Estas combinaciones de código son una señal típica de Meissen desde la segunda mitad del XIX, y corresponden a los números de modelo publicados por la factoría Meissen. La factoría de Meissen es más conocida por las marcas con espadas azules cruzadas, tomadas del escudo de armas de los Electores de Sajonia. Las piezas más antiguas habitualmente no están marcadas. Se usaron varias marcas
Las piezas de Meissen se caracterizan por un engobe blanco y cristalino, en su decoración, por un turquesa grisáceo y lechoso, un amarillo muy limpio y unas pinturas nítidamente delineadas. Uno de los motivos decorativos favoritos era un tipo de pintura de flores muy estilizado, fuertemente coloreado y de formas lineales; se basaba en fuentes orientales y se le conocía como indianische Blumen. En 1726-1727 se introdujeron los fondos con color y, a partir de 1721, se hicieron experiencias usando un azul bajo el barniz.
Hacia 1740 hubo una creciente dependencia de fuentes francesas (Watteau, Greuze y Pater) siguiendo con el naturalismo y el empleo de escenas de batallas. A finales del siglo XVIII sus porcelanas iban decoradas en un estilo neoclásico copiado de sêvres.
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